Una vez oí el testimonio de un pastor colombiano. No recuerdo su nombre pero le he visto en TV. Y creo que pastorea una iglesia grande en Estados Unidos. Lo escuché cuando estuvo en Barquisimeto, Venezuela. En su testimonio mencionó que ha sido fundador de muchas iglesias. Dijo que su organización lo quitó varias veces de su congregación dizque porque no tenía título de pastor emitido por un instituto bíblico. Y el decía que su llamado era tan profundo que no podía dejar de pastorear y…fundaba otra iglesia en algún pueblito escondido. Y allá llegaban y después que la iglesia estaba crecidita, se la quitaban. El dijo que no estaba de acuerdo con esto de la Academia a las fuerzas, que lo más importante era el llamado de Dios. Pero…así era la cosa …y como no quería ser expulsado del concilio, pues se puso a estudiar ajuro.
No estoy en contra de estos seminarios o academias. Sé que es bueno prepararse para conocer tantas cosas que precisa un ministro. Pero no estoy de acuerdo que esto sea privativo de un verdadero y urgente llamado de Dios. Jesús no buscó doctores de la Ley (que los había como monte) para ser sus discípulos. Eran expertos sí…en pescados en cobranzas de impuesto, etc) gente no contaminada cun tanta doctrina humana que había dejado de lado el verdadero rumbo de Dios y tan académicos que hasta al mismo Jesús pretendían corregir.
En toda Academia la gente aprende cosas buenas y malas por cuanto hay, como en cualesquiera de ellas, docentes con diferentes modos de pensar y actuar y es casi una constante que los alumnos imiten a alguno de sus profesores y desgraciadamente se "pegan" más las cosas malas. Conozco gente humilde y buena, buenos pastores, que después de un tiempo se volvieron arrogantes y les gusta que las ovejas les sirvan. ¡Como se ha perdido la senda antigua!. Conozco a otros, en cambio que narran su estadía en ciertas academias sin haberse dejado contaminar. Y son los mismos de hace años; en nada han cambiado. Reitero: Es bueno que el ministro se prepare estudiando; pero debe retener lo bueno de las enseñanzas y de sus profesores y que tal grado no tenga que privar sobre aquellos que no han ido a una de estas instituciones, pero primero fueron llamados a tan noble ministerio. Este escrito, al mismo tiempo que reconoce que hay muy buenos Pastores que hacen honor a Juan10, también exhortan a quienes se ven reflejados en el mismo texto.
Pastores que no están para cuidar ovejas. Las ovejas tienen que ir a ellos porque ellos no van a las ovejas.
Pastores que no están para curar ovejas. No toman interés por ellas cuando falta una de las 99
Pastores que sólo se relacionan con las ovejas que les sean servidoras. Que entienden el pastoreo como una labor para ser servidos por las ovejas y no al revés. olvidando que la figura más importante es la oveja , no el pastor. Así como tuvo que haber un movimiento de repercusión mundial (de Córdoba) para hacer ver, entre muchas cosas, que el maestro o el profesor no era el importante; era el alumno. Desde ese entonces los objetivos cambiaron su redacción: ej “el profesor fijará conocimientos acerca de la suma y la resta” por ésta “el alumno fijará conocimientos acerca de la suma y la resta”
Pastores que nunca se ponen bajo la Palabra y que todas sus prédicas sobre errores las dirigen en dirección de las ovejas y en cuyas iglesias la democracia eclesiástica que permitía a las ovejas participar de las decisiones, ha ido cambiando por imposiciones. Se ha venido vendiendo la idea de que son infalibles como los papas. Dicen “¡Dios me dio esta visión y ya…a seguirla!” a obedecerla….
Pastores que sólo hablan de crecimiento monetario y no espiritual (prosperidad mal concebida) y entienden el pastorado como una jefatura o gerencia de Institución
común.
Pastores, cuyas iglesias son tan grandes que ni conocen "su" rebaño. que ni las alimentan, ni las curan y cuando se mueren mandan a otros a enterrarlas.
Pastores que no cuidan el alimento de las ovejas y han dejado colar todo tipo de malos pastos que se constituyen en abominaciones para la Casa del Señor (2da Crónicas 36:14,16).
En anteposición, aún hay muchos de estos ministros que sus ovejas les reconocen como su cuidador y aún cuando han pasado los años siguen siendo atalayas y guardianes celosos de su rebaño y el amor de su cuidado lo sienten más por ver en ellos el amor del Buen Pastor y no por imposiciones desde el púlpito. Aquellos que han ido superándose académicamente pero que esto, lejos de envanecerles y hacerles distantes, no ha hecho mella en su humildad. Dios les guarde
